Todos hemos ido al supermercado y nos hemos fijado en la parte trasera de los productos: cuánto azúcar tienen, cuánto sal, cuál es la cantidad de grasa… Pero en realidad, ¿sabemos interpretar lo que eso quiere decir? Y lo que es más importante, ¿sabemos cómo afectan a nuestra alimentación?
No todo el mundo conoce cuál es la cantidad máxima de azúcar que ha de tener un producto para que se considere ‘0 azúcares’ o cuánta proteína debe contener un alimento para que se pueda destacar en el etiquetado, por ejemplo. Así que hoy nos hemos propuesto conocer un poco más el etiquetado de los productos que consumimos para así poder llevar a cabo la alimentación sana que deseamos y sentirnos mejor por dentro y por fuera.
Premisa fundamental: leyendo la tabla nutricional de un alimento, debemos fijarnos en si la cantidad de producto que consumimos es similar a la ración que se indica en el envase (normalmente es de 100g). De lo contrario (si consumimos más), debemos calcular el porcentaje de cada valor en función de los gramos que vamos a ingerir.
Aclarado esto, ¡empecemos!
Valor energético
Por lo general, un producto que contiene menos de 100 kcal por 100 gramos se considera que es de bajo aporte calórico.
De todos modos tenemos que desmitificar el ‘cuento de las calorías’ y de su gran efecto nocivo para nuestro organismo. Las calorías son la suma de 3 nutrientes: grasas, proteínas e hidratos de carbono. Un dato de calorías aislado no nos ayudará a conocer la procedencia de los nutrientes. Por ejemplo, 100 gramos de un alimento que aporta 400 kcal podría ser un alimento rico en azúcares, en grasas o una (recomendada por todos los nutricionistas) porción de pan integral.
Grasas
Para que un producto sea considerado libre de grasa debe contener, como máximo, 0,5g de grasa por cada 100g de producto. Un alimento, cuya proporción esté entre 3 y 4g por cada 100g de producto, como es el caso del calamar que podéis ver en la imagen, se considera que es bajo en grasa, por lo que no debemos preocuparnos.
De todas formas, y para tener unos valores sobre los que orientarnos, las grasas nunca deberían exceder el 15% del valor energético del alimento, y así mantener nuestra alimentación sana deseada.
Hidratos de Carbono
También los visualizaremos por cada 100g y en algunos casos, como ocurre en nuestra bolsa, se detalla cuál es el porcentaje de azúcar. Nuestro calamar, contiene 0g de hidratos, mientras que su contenido proteico es elevado (pero después hablaremos de eso).
El azúcar, el almidón y la fibra vegetal conforman los carbohidratos totales que pueden aparecer en la etiqueta. Normalmente, en etiqueta solo se indica el valor del azúcar y cuando este es inferior a los 0,5g por cada 100g de producto, el alimento se considera ‘0 azucares’. De todos modos, no es recomendable consumir alimentos que presenten más de un 10% de azúcares.
Proteína
Son imprescindibles para el crecimiento del organismo y realizan una enorme cantidad de funciones diferentes, por eso consumir productos que contengan un alto contenido de proteínas nos ayudará a conseguir nuestro camino hacia la alimentación sana.
Un alimento se considera una fuente de proteínas si aporta, como mínimo, un 12% del valor energético del alimento. Será, en cambio, de alto contenido en proteínas si supera el 20%, como ocurre al producto que tomamos como ejemplo, calamares Noribérica.
Sal
Aunque la tradición nos diga que la sal, es decir el sodio, es malo para nuestra salud porque conlleva a una subida de la presión arterial, por ejemplo, es cierto que una pequeña cantidad de sodio, ayuda a que ciertos órganos y fluidos funcionen adecuadamente.
Se considera bajo en sal aquel producto que contiene menos de 0,12 gramos por cada 100. Para que sea considerado sin sal, debe contener no más de 0,005 gramos por cada 100.
Así que ahora, sólo tenéis que poner en marcha estos prácticos consejos y fijaros a la hora de ir a hacer la compra. Las reglas están claras, ¿queréis participar del juego?
alimentación sana ,alimentazione sana ,blog ,Noriberica ,nutrizione ,pesce surgelato
-
Share
-
0
-
0
